Cuando un bebé llega al mundo, los padres no solo reciben una gran alegría, sino también una gran responsabilidad: cuidar de su salud en cada etapa del crecimiento. En ese camino, el pediatra se convierte en un aliado clave para asegurar que los niños crezcan sanos, fuertes y felices.
Un pediatra es un médico especializado en la salud de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. No solo trata enfermedades, también se enfoca en la prevención, el seguimiento del desarrollo físico y emocional, y la educación a los padres.
Algunas de sus funciones más importantes incluyen:
Durante el primer año de vida, las visitas deben ser más frecuentes: al mes, a los 2, 4, 6, 9 y 12 meses. Luego, una vez al año o cuando se presenten síntomas de enfermedad.
Estas consultas no solo sirven para vacunar o pesar al niño, también son oportunidades valiosas para resolver dudas sobre la alimentación, el sueño, el comportamiento o la etapa escolar.
No todos los pediatras son iguales. Aquí algunos consejos para escoger al adecuado:
Una buena relación entre la familia y el pediatra fortalece el seguimiento médico y mejora el bienestar del niño.
Contar con un pediatra de confianza es como tener un «guía médico» durante el crecimiento de tu hijo. Además de tratar enfermedades, te acompaña en la crianza con consejos sobre disciplina, hábitos saludables, manejo de emociones y más.
Muchos problemas de salud se detectan a tiempo gracias a revisiones periódicas, lo que evita complicaciones futuras.
Visitar regularmente al pediatra es una de las decisiones más importantes para cuidar la salud infantil. No esperes a que haya fiebre o dolor para buscar ayuda médica. Un control preventivo puede marcar la diferencia entre una niñez saludable y una con constantes complicaciones.
En nuestra clínica contamos con pediatras calificados, amables y con verdadera vocación de servicio. Agenda tu cita y asegura el bienestar de quienes más amas.